viernes, 28 de noviembre de 2008
El despertar
lunes, 10 de noviembre de 2008
La muerte del Príncipe Mestizo
El Príncipe Mestizo sentía sus fuerzas diezmarse.
Ya no tenía nada que dar; sus memorias estaban ahora en manos de ese chiquillo que tanto se parecía a su arrogante enemigo de toda la vida. Harry lo creyó muerto y se alejó de él lentamente. Lo último que Severus vio en su vida fueron los verdes ojos de Harry... Eran iguales a los de su madre.
Oscuridad.
Pero no el final. El Príncipe seguía sufriendo, tan poderoso era el veneno de la serpiente. Un pensamiento doloroso lo asaltó al pensar en la mujer a quien tanto había amado. Había muerto para salvar a su... hijo. Le dolía no poder pensar nuestro hijo. Y pensar que todo eso estuvo al alcance de su mano, de no ser por su completa estupidez y por una palabra: sangresucia.
Lily Evans... su gran amor, había muerto. Por proteger a ese chiquillo, arrogante como su padre. Y él, Severus Snape, había jurado a Dumbledore ayudarlo a protegerlo. Ahora, Dumbledore también estaba muerto. Y Severus estaba seguro de que pronto él también lo estaría. Y el peligro aun no había cedido; al contrario, era más poderoso que nunca. Ahora, todo dependía de ese eclenque muchacho y sus compinches.
Imaginó el rostro de Harry. ¿Cuántas veces no había visto a ese mocoso en las tres clases que le dio? Pociones, Oclumancia, y Defensa Contra Las Artes Oscuras; en todas menos tal vez en la última, el mocoso era un perfecto inútil. Y aun así, jamás se había percatado de lo mucho que se parecía a ella...
Que extraño. El rostro de Harry estaba cambiando... hasta dejar de ser el de un chico de despeinado pelo negro, hasta que las gafas desaparecieron. Sus facciones se suavizaban cada vez más. Sus labios, mucho más carnosos, se curvaban en una dulce sonrisa. Y sobre su frente caía una cascada de largo y sedoso pelo rojo...
Y la blanca luz lo cegó por fin.
-Aguanta, Sev. Tranquilo, -dijo alguien. Severus contuvo el aliento (o por lo menos sintió que así era). Esa voz... esa hermosa voz. La que no podría volver a oír... Imposible.